¡El verano está aquí! Bienvenidos sean los días largos, las noches cortas y el calorcito que a veces tanto odiamos. Con las vacaciones, de repente todos tenemos un poco más de tiempo libre en nuestras manos, y nos encontramos con la gran pregunta: ¿Qué hacemos?

Cierto, para muchos el concepto perfecto de vacaciones es quedarse en casa a descansar, con el aire acondicionado o el ventilador en el nivel tres (porque con el calor lo que menos se antoja es andar en la calle) pero, ¡démosle la vuelta a la situación!: es una excelente oportunidad para relacionarnos más con nuestra familia; de una forma de la que en el resto del año no podríamos. Definitivamente, el sentimiento que obtenemos al crear memorias con los niños y seres queridos es inigualable.

1. No le tengas miedo, ¡cocina en familia!

Ya sea un platillo muy elaborado, o algún postrecito para después de la comida, ésta actividad además de entretenida ejercita la responsabilidad, disciplina y trabajo en equipo de todos los que participen. Para esta temporada se antoja un pastel frío, una gelatina…

2. Actividades culturales

Una buena forma de conseguir que los niños se diviertan y aprendan al mismo tiempo es llevarlos a sitios como museos, parques temáticos, zoológicos, etc, en donde pueden alimentar su curiosidad libremente. Eso sí, no olvides usar ropa adecuada, protector solar y cargar con tu botella de agua para que te lo pases de lo mejor si ningún percance.

3. Acampar

Ir de campamento es una actividad que todas las familias mínimo deberían hacer una vez en la vida; estar en contacto con la naturaleza es una experiencia única. Asegúrate de contar con todo lo necesario: linternas, baterías, tiendas de campaña, comida, agua, entre otras cosas. Así mismo, consulta las condiciones climáticas antes de salir de aventura.

4. Pueblear

Si dormir a la intemperie y estar alejado de la civilización no es tanto lo tuyo, siempre puedes explorar las localidades a tu alrededor. Visita a tus parientes, o conoce ese pueblo mágico que tan cerca te queda pero nunca te das el tiempo de ir. Aprecia la arquitectura de las catedrales, descubre el encanto de la plaza principal y disfruta de los dulces regionales que los locales tienen para ofrecerte. Mejor forma de estar en contacto con nuestras raíces que pueblear, no hay.

5. Reuniones familiares

Aprovecha que todos están menos ocupados para organizarte con tu familia y juntarse en casa de alguien. Es una buena forma de ponerse al día, compartir buenas noticias, pedir consejo, y en general convivir con las personas que más te quieren. ¿Qué tal si acompañas la tarde con un pastelito y café?

6. Reuniones de juego

Aunque el título suene a lo contrario, éste punto va más dirigido a los niños. No que no lo podamos adaptar a uno mismo; ¿por qué no?

Tratar a nuestros amigos de la escuela o del trabajo fuera de ese ámbito es una experiencia completamente diferente, y a veces hace falta una buena tarde de diversión, relajación o chisme en su compañía. En el caso de los niños, esto les ayuda a interactuar con personas ajenas a la familia en un diferente ambiente al escolar. También, fortalecen sus relaciones de amistad.

7. Actividades deportivas

El deporte nos ayuda a fortalecernos tanto mental como físicamente, a la vez que nos divertimos. No es necesario inscribirnos en clases o pagar por espacios especiales para hacerlo; los parques son espacios perfectos para pasar el día en familia, jugando fútbol, beisból, básquet, a las escondidas, las traes, o cualquier otra actividad que se te ocurra. Para hacerlo más divertido podrías dividir al grupo en equipos y competir por la victoria: eso fortalecerá el trabajo de equipo y la integridad de cada uno.

8. Picnics

Cuando tu familia y tú se cansen de corretear a los pequeños, seguramente se les estará antojando algún bocadillo o algo refrescante para beber. Prevé esa situación y ten lista una canasta con todo lo necesario para organizar un picnic digno de la ocasión. ¿Qué mejor forma de relajarse mientras cae la tarde que comiendo algo de fruta, sándwiches, o lo que más te guste? Si quieren ponerse creativos, ¡hasta podrían hacer una carnita asada! Muchos parques actualmente cuentan con espacios para asar carne, sobretodo aquellos muy grandes. ¡Asegúrate de buscarlos!

9. Decorar el jardín

Usa tu jardín como herramienta para enseñarles a los niños a plantearse objetivos a mediano y largo plazo. Esto podrán practicarlo al observar el lento crecimiento de las plantas, esperando a que den fruto o florezcan, mientras reconocen que son seres vivos que se deben respetar y cuidar.

Si no tienes un jardín tal cual, puedes conseguir macetas y colocarlas donde más prefieras. En lugares como invernaderos te venden la maceta ya preparada con semilla o incluso ya con la planta un poco crecida, para que sólo tengas que regarla y verla crecer.

10. Hacer manualidades

Esta actividad es excelente para desarrollar la concentración, disminuir el estrés, estimular la destreza manual, la creatividad y la perseverancia. Para contribuir al medio ambiente mientras las hacemos podemos utilizar materiales reciclados, o re usar cosas que ya no necesitamos, como botellas de plástico, contenedores, tapas, etc.

Esperamos que con nuestras sugerencias pases un verano más entretenido y feliz con tu familia. ¿Qué te parecieron? ¿Ya hiciste alguna? ¡Cuéntanos en los comentarios!

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